La ganadería industrial no solo contamina el agua y el suelo, sino también el aire; con graves consecuencias para quienes trabajan en las explotaciones o viven en los alrededores, debido a que parte de los purines pasan al aire en forma de gases que se pueden transformar en aerosoles respirables, unos irritantes que, mantenidos en el tiempo, pueden causar enfermedades respiratorias.
El neumólogo albaceteño Jesús Martínez-Moratalla lo explica en Huesca en la segunda sesión del ciclo dedicado a las afecciones de la ganadería industrial organizado por la Universidad Ciudadana de Huesca, la Plataforma Loporzano SIN Ganadería Intensiva y y la plataforma vecinal comarcal Hoya Huesca Viva.