Borrador del nuevo Real Decreto sobre nitratos: falta voluntad política para ir a la raíz del problema

La iniciativa del MITERD (Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico) de modificar la legislación sobre nitratos requiere de mayor ambición para poder ser efectiva, que España deje de incumplir la Directiva de Nitratos y se atienda la petición de la Comisión Europea de que España reduzca las emisiones contaminantes de la ganadería industrial.

El borrador del futuro Real Decreto (RD) sobre protección de las aguas contra la contaminación difusa producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias, que modificará el anterior RD 261/1996, reconoce el problema y la ineficacia de las medidasque se han puesto en marcha hasta la fecha para acotarlo. Cabe destacar que entre ambos decretos las cabezas de porcino se han incrementado en más de un 67 % (pasando de 19 millones de cabezas en 1996 a más 31 millones en 2019), generando una presión sin precedentes sobre el agua y el medioambiente. El nuevo RD debe responder a esta realidad, fruto de la proliferación desmesurada y descontrolada de la ganadería industrial en España.

Ante una situación de contaminación del agua por nitratos grave, con un procedimiento europeo de infracción abierto y un dictamen motivado de la Comisión Europeasobre la mesa, es hora de actuar con firmeza para defender el futuro de los pueblos; porque sin agua no hay vida y son demasiados ya los pueblos españoles que no pueden utilizar el agua del grifo para beber ni cocinar.

El propio Ministerio reconoce que los datos demuestran que «para alcanzar los objetivos de la Directiva es necesario adoptar reducciones de los excedentes de nitrógeno más ambiciosas que las inicialmente consideradas, estimadas en un 25 % con respecto a las actuales«.

En el informe Revisión de la aplicación de la política medioambiental, la Comisión Europea establece que por lo que respecta a la Directiva de Nitratos, “la producción ganadera intensiva sigue ejerciendo una presión considerable sobre la calidad de los recursos hídricos” y que una de las actuaciones prioritarias que España debería haber puesto en marcha, ya en 2019, era “hacer frente a las emisiones contaminantes al agua y el aire y al olor procedente de las instalaciones dedicadas a la cría intensiva de cerdos o aves de corral”.